VIAJES

AL INFINITO Y MÁS ALLÁ

A DÓNDE QUEREMOS LLEGAR

Viajar se trata, no sólo de subirse a un avión, un tren, un bus, un auto o sobre nuestros pies. Depende de una primera decisión: salir de viaje.

Hoy, gracias a Dios, me permitió conocer un poco más de mi país. He llegado a Chiclayo, aunque muy cansado y casi me la he pasado en el hotel, he tenido la oportunidad de ver una realidad diferente a la cual estoy habituado. Un primer vistazo cuando tome las calles de esta ciudad, fue que se mueve a un ritmo diferente, siendo una ciudad potencialmente en crecimiento, aún se siente el espíritu de provincia. Aunque mucha gente en la calle, su ritmo es menor al de las ciudades capitales. Chiclayo de por sí es muy calurosa y por estar cerca a la costa es árida.

Tengo mil ganas de conocer los centros antiguo y vestigios de la cultura antigua del Perú. Nuevamente tengo que dar gracias a Dios por regalarme este momento, por permitirme pasar tiempo con mi familia y un espacio para mi. Tengo reconocer que en estos momentos, sin pensarlo, que nos podemos olvidar de nuestro Señor. Pero recobro la cordura y sigo fiel.

Volvamos a lo nuestro, Dios sabe de nuestras necesidades y conoce perfectamente nuestro sentir. Dios escucha nuestra oración antes que pongamos palabra en nuestra boca. Tenemos que tener un corazón dispuesto, un corazón humilde, pero sobre todo un corazón fiel a las promesas de Dios. Requerimos movernos al llamado de nuestro Señor.

Ahí es donde comienzan los viajes, desde el llamado de Dios, desde nuestro corazón. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Sal 37:4. 

Dios conocía que yo necesitaba descansar, y creo que me vio tan cansado y le he pedido tantas veces descansar que me ha engreído hoy. Por esto y por todo, nuevamente, Gracias Dios.

La decisión tiene que ser acompañada por la acción, tomar tus maletas y obvio haber programado un destino esa es la realidad. Dios hace posible lo imposible, sólo debemos confiar en Él.